Situado a unos 35 km. de Huesca, fue declarado monumento histórico artístico en 1906. Es una de las fortalezas románicas mejor conservadas de Europa;castro ibérico, romano, musulmán y palacio real, su construcción, comienza en el siglo XI, siendo rey Sancho III.
El muro perimetral que rodea el Castillo data el siglo XIII. Su iglesia, dedicada a San Pedro, es de compleja planta con una enorme cúpula de doble trompa, única en su género, ábside semicircular y capiteles decorados al uso. Al Castillo se accede por una puerta en la muralla flanqueada por dos torreones de planta semicircular. Dentro del recinto encontramos la torre de vigía o albarrana. Una rampa nos conduce hasta la única puerta del Castillo. Desde aquí se sube por una escalera cubierta por bóveda de cañón que da paso también a la cripta de Santa Quiteria. Completan el recorrido, los torreones, pasadizos, mazmorras y el balcón de la Reina desde donde se contempla una amplia vista de la Hoya de Huesca. El recinto ha sido escenario de numerosos rodajes cinematográficos, entre los que destaca el del Reino de los Cielos de Ridley Scott.
Se trata de una edificación a caballo entre el gótico y el renacimiento, construida entre 1535 y 1556 sobre el anterior templo románico. Su interior presenta una planta de salón con tres naves. Arcos de medio punto, ojivales y bóvedas de crucería estrellada adornan y sujetan la techumbre.
Destaca en su interior, el retablo mayor (1490-1503), de corte gótico, con impresionantes pinturas del primer Renacimiento español, que se combinan con esculturas en madera policromada. Otros retablos interesantes que encontramos en la Colegiata son el de San Sebastián, de estilo gótico, y el de Santiago Apóstol, atribuido a Damián Forment.
Impresionantes formaciones rocosas con 300 metros de pared vertical donde anida una de las más importantes colonias de buitre leonado de Europa y se practica la escalada .
A unos 7 kilómetros de Ayerbe por la A-132, un desvío a la izquierda nos conduce a la localidad de Riglos, cuyo casco urbano se funde con el relieve escarpado que culmina en los impresionantes Mallos de Riglos; gigantes de roca conglomerada con verticales de más de 300 metros, algunos de ellos con nombre propio (el Firé, el Puro, el Pisón etc.). A la vez que zona importante de escalada a nivel mundial, sus paredones sirven de emplazamiento de colonias de buitres, alimoches, quebrantahuesos y multitud de aves rapaces y de todo tipo.
De formación similar a sus vecinos de Riglos, la mole rocosa de los Mallos de Agüero se eleva en impresionante vertical detrás de la localidad que les presta su nombre, como telón de fondo a su singular conjunto urbano.
Destaca del paisaje pétreo la silueta de Peña Sola, exenta del conjunto conglomerado. En el cielo del entorno es habitual contemplar las siluetas de numerosas aves rapaces, que aprovechan las oquedades que ofrece la roca para instalar sus nidadas, y en sus paredones las de escaladores ávidos de aventura
Seña de identidad de la ciudad de Huesca, paisaje de leyenda, lugar de defensa en la Edad Media, observatorio privilegiado de aves rapaces y atalaya para contemplar una impresionante vista de la Hoya de Huesca. El Salto de Roldán está formado por dos grandes moles de roca conglomerada, las peñas de San Miguel y Amán, separadas por un profundo y amplio tajo abierto por el paso del río Flumen. Cuenta la leyenda que Roldán, perseguido por sus enemigos, llegó a este paraje y evitó su captura saltando de una peña a otra con su caballo.
El acceso a la cumbre de la peña San Miguel puede realizarse a pie, tras superar una vertical con escala de hierro. En la cúspide, encontramos los restos de la ermita de San Miguel y una panorámica espectacular acompañada por el vuelo de buitres leonados y otras aves rapaces. Historia, naturaleza, deporte, leyendas y magia confluyen en este espacio único y singular.
Enclave paisajístico privilegiado, en plena Sierra de Guara, donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor. Las aguas del embalse reflejan las espectaculares formaciones rocosas de los mallos de Ligüerri, San Jorge, el Puro, la Mitra y el Pico Borón que se alza imponente con sus 1310 m de altitud. Buitres leonados, alimoches, quebrantahuesos y otras aves rapaces y rupícolas construyen sus nidos al abrigo de las peñas. El enclave constituye un mirador de excepción sobre las gargantas del río Guatizalema.
Cercano al embalse, accesible a pie y bien señalizado, podemos realizar una pequeña caminata hasta la ermita de San Cosme y San Damián, construida en una enorme oquedad de la roca conglomerada.
A unos 7 km del centro de Huesca, en el término municipal de Quicena, se encuentra el Castillo de Montearagón, declarado Monumento Nacional en 1931, que domina las llanuras de Huesca.
Bastión cristiano de primer orden, fue erigido por el rey aragonés Sancho Ramírez como fortaleza para llevar a cabo la reconquista de la ciudad de Huesca, como paso previo en su avance hacia Zaragoza. Convertido años después en un poderoso monasterio, cuyo ámbito de influencia abarcó un amplio territorio, el Abadiado de Montearagón, a él pertenecieron durante siglos grandes extensiones de terreno.
Actualmente comienza a salir de su estado de abandono gracias a los esfuerzos que se llevan a cabo en su reconstrucción.
Entre campos de olivos, vides y almendros, a los pies de la Sierra de Guara, se alza la iglesia de San Miguel de Foces, relevante templo, declarado monumento nacional, situado junto al camino Real que unía Huesca con Barbastro.
En su interior el estilo cisterciense se manifiesta en todo su esplendor. Este lugar, concebido como panteón familiar, alberga un interesante conjunto de pinturas pertenecientes al estilo denominado gótico lineal.
En sus paredes todavía resuenan los ecos de los frailes hospitalarios de San Juan de Jerusalén que habitaron el desaparecido cenobio.
Situado en el pueblo de Casbas de Huesca, el monasterio de Santa María de la Gloria, constituye uno de los escasos ejemplos de conventos femeninos cistercienses en Aragón.
Sus sobrias paredes dan cobijo a numerosas instalaciones y dependencias de distintas épocas que evocan a nuestros ojos la historia de la comunidad. La visita de esta zona de la Hoya exige un alto en el camino para disfrutar de un lugar bello y lleno de espiritualidad.
La comunidad religiosa habitó las dependencias del monasterio hasta el año 2004.
De origen endorreico, la Laguna de Sariñena fue declarada Refugio de Fauna Silvestre.
Tiene una superficie de 204 hectáreas siendo una de las diez lagunas más grandes del territorio español y lugar de gran interés para los amantes de la ornitología. En sus aguas es frecuente la observación, entre otras aves, de ánsares comunes, cercetas, fochas, cigüeñuelas, somormujos, garzas y garcillas, así como aves costeras como el cormorán y la gaviota reidora, sin olvidar la presencia de rapaces como el águila pescadora y el aguilucho lagunero.
La escasez de precipitaciones y el alto grado de insolación en verano, que provoca gran evaporación, favorecen la acumulación de sales en su suelo y en el entorno y, por tanto, la existencia de una enorme cantidad de plantas propias de ambientes esteparios y salinos. En las proximidades de la Laguna hay un Centro de Interpretación.
Saliendo de Fraga hacia el norte, en dirección a Monzón, a una distancia de unos 4 km. en la orilla izquierda del río Cinca, encontramos las excavaciones de la villa romana, Villa Fortunatus, así denominada por una inscripción en mosaico que calificaba a su propietario.
El yacimiento arqueológico fue descubierto en torno a 1930. Pudo estar habitado ya en el siglo I, pero los restos más importantes, entre los que destacan estructuras de construcción bien conservadas, datan del siglo IV y gracias a ellos puede conocerse la forma de vida de un terrateniente de la época de la dominación romana.
La arqueología nos ha revelado que, tras el abandono de la vivienda, que muestra la típica disposición de las estancias alrededor de un patio, una parte de ella fue utilizada como basílica cristiana.
El Monasterio de Sigena o de Santa María Reina, de estilo románico cisterciente, que data del S XII, fue declarado Monumento Nacional en 1923. Desde su fundación estuvo estrechamente ligado a los reyes de la Corona de Aragón. Además de Monasterio Hospitalario, fue Panteón Real, Archivo y Corte. En Agosto de 1.936 sufrió un devastador incendio y el expolio de gran parte de sus obras de arte y bienes. A día de hoy, el monasterio conserva su portada románica de 14 arquivoltas. En la zona norte está el panteón real, sala con nichos en los muros dotada de ábside, a modo de capilla funeraria. El interior del templo, de planta de cruz latina, cuenta con una nave, que culmina con tres capillas en cabecera y un amplio crucero, bóvedas de cañón y bóveda de crucería. Quedan todavía algunos restos de las pinturas que decoraron sus muros.
El monasterio de San Pedro de Siresa, monumento histórico artístico desde 1931, se ubica en la localidad que le da su nombre, situada al norte del vecino pueblo de Hecho.
La construcción de San Pedro de Siresa, exponente del románico aragonés, fue erigida sobre un monasterio visigodo y concebida en el siglo IX como Real Monasterio. Fue el lugar elegido para la educación de Alfonso I el Batallador. Lo primero que llama la atención son sus dimensiones colosales, que se asemejan a las de una catedral. El monasterio está situado junto a la calzada romana que cruza a la vecina Francia por el puerto de Palo.
La iglesia, edificación del siglo Xl, cuenta con planta de cruz latina, bóveda de medio cañón, ábside circular y puerta de arquivoltas lisas. En su interior se conservan retablos de enorme valor artístico y piezas de arte sacro de gran valor.
Cubierto por la roca y ubicado en un espacio natural protegido, el Monasterio, vinculado a las leyendas del Grial, data del siglo X, siendo la cuna del Reino de Aragón. En su interior destaca la iglesia prerrománica, las pinturas de San Cosme y San Damián, el Panteón de Nobles, la Iglesia Superior, la capilla gótica de San Victorián y el impresionante claustro románico.
Su decadencia, las deudas, los pleitos eclesiásticos y el devastador incendio de 1675 obligaron a su desalojo y a la construcción del Monasterio Nuevo en el Llano de San Indalecio, que alberga en su interior el Centro de Interpretación del Reino de Aragón, el Centro de Interpretación del Monasterio de San Juan de la Peña y una Hospedería.
Al pie de la Peña Oroel, es un importante lugar de tránsito en el camino de Santiago.
Su Ayuntamiento, situado en la calle Mayor, es un edificio de los siglos XV y XVI, de portada plateresca y ventanales con reja de hierro forjado, en cuyo patio renacentista se encuentra la campana de la torre del reloj.
La Catedral de San Pedro, declarada monumento nacional en 1931, es uno de los edificios más importantes del arte románico español. Su construcción comienza en el año 1076. La decoración del crismón de la portada y el ajedrezado jaqués influyeron en obras posteriores del románico. Su interior alberga el Museo Diocesano, con importantes piezas de arte sacro.
Una de las construcciones militares mejor conservadas es la Ciudadela, en su origen, Castillo de San Pedro, construida en 1595, en tiempos de Felipe II, presenta planta pentagonal con baluartes armados en sus vértices, foso, contraescarpa, camino cubierto, plaza de armas y glacis.
Al norte de Jaca, el fotín de Rapitán (SXIX-XX), se ubica en una soberbia atalaya dominando en una excelente vista panorámica la ciudad y su entorno. Sobre el río Aragón destaca el Puente medieval de San Miguel, monumento histórico-artístico desde 1943, construido para facilitar la comunicación entre la ciudad y los valles occidentales del Pirineo aragonés.
Impresionante construcción ferroviaria de principios del siglo XX, auspiciada por la apuesta en la creación de un paso fronterizo entre Francia y España mediante un túnel bajo los Pirineos.
Fue inaugurada en 1928 y declarada bien de interés cultural y monumento desde 2002. Su historia tienen episodios, todavía oscuros, como el paso por sus andenes del oro y obras de arte expoliados por los nazis. Como consecuencia del descarrilamiento de un tren en la vertiente francesa el paso por el túnel quedó definitivamente cerrado en 1970, siendo múltiples desde entonces las gestiones por parte española para su reapertura.
Actualmente el edificio está cercado sin posibilidad de acceder a sus dependencias. Únicamente se pueden visitar y pasear por sus andenes y algunas de sus dependencias, como el depósito de máquinas. La propiedad es del Gobierno de Aragón y existen varias propuestas para rehabilitar el conjunto.
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido fue creado en 1918 y ampliado en 1982. Es patrimonio mundial de la humanidad desde 1997. Su zona de influencia comprende parte de los términos municipales de Bielsa, Broto, Fanlo, Puértolas, Tella-Sin y Torla.
Domina su geografía el coloso del Monte Perdido (3.355 m.), en el centro de las Tres Sorores, el mayor macizo calcáreo de Europa, flanqueado por el Cilindro de Marboré (3.328 m.) y el Soum de Ramond (3.254m).
El Parque puede dividirse en sectores, en función de sus diferentes accesos. Al sector Ordesa, el más habitual, con su típico valle glaciar en forma de “U” se accede desde Torla.
Por el vecino valle del Cinca se accede a los otros sectores: Añisclo, con acceso desde Escalona; Escuaín, se accede también por Escalona y Puértolas; y Pineta, donde se encuentra el Parador Nacional de Monte Perdido, a donde se llega desde Bielsa, en la cabecera del valle del Cinca.
Se trata de un recorrido, que partiendo de Sabiñánigo, hace un recorrido por interesantes iglesias románicas situadas al norte de esta localidad, en el valle del Serrablo.
Destaca en el recorrido la iglesia mozárabe de San Pedro de Lárrede, la más representativa de las iglesias de la zona. A medio camino entre Oliván y Lárrede, en una pradera, se halla la ermita mozárabe de San Juan de Busa. Entre otras muchas iglesias mozárabes de la zona están las de Oliván y Orós Bajo.
De vuelta a Sabiñánigo podemos contemplar la iglesia románica de Senegüé y la de Sorripas. Tomando la ruta por Larrés, se puede visitar el Museo de Dibujo del Castillo de Larrés.
Aínsa es la capital de la comarca del Sobrarbe y uno de los núcleos urbanos mejor conservados. Un paseo por sus calles y la contemplación de sus construcciones civiles, militares y religiosas nos trasladan hasta la época del viejo reino de Aragón.
Aínsa se enclava en una encrucijada de caminos que le otorga una privilegiada situación geográfica. Su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1970, está rodeado por una muralla en la que se conservan dos de las tres puertas de acceso, que junto al Castillo, otorgaban al conjunto un aspecto casi inexpugnable. En la fortaleza (S.XI), casi en ruinas, destaca la Torre del Tenente, que alberga el Eco Museo Centro de Visitantes, el Patio de Armas y la puerta a la Plaza Mayor, en la que concurren las dos calles principales.En el núcleo urbano destacan construcciones nobles como Casa Bielsa, de los siglos XVI y XVII, y Casa Arnal, del siglo XVI. Desde el Arco del Hospital contemplamos una panorámica del valle del Cinca con la Peña Montañesa. En la Iglesia románica de Santa María (S XI y XII) destaca su torre de aspecto militar con sus saeteras y su portada con cuatro arquivoltas. Su interior es de nave única con bóveda de medio cañón apuntado.
Se pueden visitar también el Museo de Oficios y Artes Tradicionales y el Museo Maravillas Fósiles del Mar.
Cada dos años, el primer fin de semana de septiembre, se representa la Morisma, que recrea la reconquista de la villa por los ejércitos cristianos, ayudados por la aparición de una cruz de fuego sobre una carrasca.
Dedicado a la Virgen María. Su construcción fue promovida por San Jose María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, y fue abierto a culto en 1975. El arquitecto, Heliodoro Dols, quiso destacar la variedad de las formas utilizando un elemento constructivo básico: el ladrillo.
En el interior destaca el retablo de alabastro de Joan Mayné, representando distintas escenas de la vida de la Virgen María. Todas las líneas del santuario convergen en el retablo, en cuyo centro se encuentran el sagrario y la talla románica de la Virgen. En la nave principal se encuentra un coro alto, y debajo una cripta con tres capillas dedicadas a la Virgen del Pilar, Loreto y Guadalupe. Hay una cuarta capilla que se reserva a la Sagrada Familia.
Es uno de los centros más importantes de atracción de visitantes de la región. Además, promociona la Ruta Mariana, que enlaza la Basílica del Pilar (Zaragoza), Torreciudad, Montserrat y Lourdes.
Considerado el pueblo más pequeño de España que cuenta con una Catedral, ubicado a 111 Km. de Huesca sobre un elevado promontorio desde el que se domina buena parte del curso del río Isábena. La localidad posee una de las joyas del románico altoaragonés: la Iglesia-Catedral de San Vicente, declarada monumento histórico nacional.
CEl edificio data de los siglos XII y XIII y tiene tres naves con sendos ábsides decorados exteriormente con arcos ciegos y lesenas típicas del románico lombardo. En la cabecera de la iglesia hay tres criptas a distinto nivel del principal. La de la nave central, o de San Ramón, decorada con pinturas murales de época románica, es la más singular por estar descubierta y contar con tres entradas enmarcadas por arcos semicirculares. El claustro es de planta cuadrangular y se abre a un patio a través de arquerías. En el interior del recinto se emplaza un restaurante-hospedería.
En el museo se conservan algunos trozos de la silla de San Ramón, tallada en madera de boj, expoliada y troceada en 1979.
Declarado Monumento Bien de Interés Cultural desde 1931. El edificio principal es la Iglesia de Santa María (S.X y XI), de estilo románico lombardo, de planta basilical de tres naves, más alta la central, y rematadas por ábsides de tambor.
La decoración exterior, es típicamente lombarda, con friso de arcos ciegos y lesenas. La estructura se cubra con tejados independientes para cada una de las naves, siendo sólo el central a dos vertientes.
Un arco de medio punto da entrada al templo. El interior tiene tres naves rematadas en ábsides, separadas por pilastras cruciformes. Las tres naves se cubren con bóvedas de arista y de medio cañón y sus ábsides con bóvedas de medio cañón. En el ábside central destaca la Virgen de Obarra, talla en piedra policromada del S. XIV.
Unos metros al norte del monasterio se encuentra el Palacio Abacial, y al sur, la Ermita de San Pablo, obra del siglo XII, de planta rectangular con bóveda de cañón y con un único ábside semicircular. El conjunto enmarcado por las altas montañas y junto al discurrir del río Isábena, atesora una singular y armoniosa belleza paisajística.
Situada en la margen derecha del río Vero, esta villa monumental constituye un impresionante caserío medieval sobre el que destaca el castillo Colegiata de Santa María la Mayor, declarado Conjunto Histórico Artístico. El conjunto está rodeado por una muralla con varios torreones. Las pinturas murales y el claustro de la Colegiata son de obligada contemplación. Desde Alquézar puede realizarse la ruta de las pasarelas que desciende hasta el cauce del río Vero. Durante el recorrido es posible disfrutar de la belleza del Barranco de la Fuente, con sus covachos y de una vegetación adaptada a la humedad y frescura propia de estas gargantas.
En Alquézar la Iglesia de San Miguel Arcángel, llama la atención por la robustez y austeridad propias del románico, a pesar de tratarse de una construcción fechada en 1681.
Castillo-Fortaleza de origen árabe (S.X), construido sobre una roca que domina la población de Monzón. En el año 1089 es conquistado por el rey Sancho Ramírez y su hijo, el infante Pedro I.
En el 1143 fue donado a la orden del Temple y es transformado en convento, con edificios de estilo militar cisterciense, torres, capilla, refectorio y su cisterna, dormitorios, etc. Entre sus muros recibió su educación el rey Jaime I.
Hay historiadores que consideran probada la custodia durante años de la espada del Cid, la legendaria Tizona, por los caballeros Templarios en el Castillo de Monzón. La fortaleza tiene un pasado militar hasta el siglo XIX, teniendo especial protagonismo durante la Guerra de la Independencia.
El Castillo, todo un símbolo para los habitantes de Monzón se encuentra en la actualidad parcialmente restaurado, ha sido declarado como Monumento Nacional y aspira a ser Patrimonio de la Humanidad.
Circo glaciar en la cabecera del valle del Cinca, presidido por la inconfundible silueta de los picos de Astazu, dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y al que se accede por una estrecha carretera desde la localidad de Bielsa.
Las aguas del glaciar de Monte Perdido, previamente remansadas en el Lago de Marboré y encauzadas en el incipiente río, se deslizan desde el Balcón de Pineta hasta caer al vacío formando la impresionante cascada del Cinca.
En la margen izquierda del Cinca se ubica el Parador Nacional de Monte Perdido, desde el que parten numerosas excursiones y paseos por la zona (llanos de La Larri, la Munia, lago de Marboré, Tucarroya, los Astazu, etc.)
Localidad situada en un paradisíaco enclave natural, en la cara norte de la Sierra de San Juan de la Peña, a pocos kilómetros de Jaca.
En un paseo por las calles de Santa Cruz hace nos llama la atención la excelente conservación de sus casas y edificios de piedra, siendo el conjunto un exponente de la arquitectura popular del Pirineo.
Dentro del núcleo urbano se encuentra una de las obras maestras del arte románico la actual Iglesia parroquial de Santa María, cuya construcción se inició en el último tercio del siglo XI. El edificio está rematado por el campanario más destacado del románico aragonés.
La Iglesia de San Caprasio (S.XII), también dentro de San Cruz, es otro bello representante del románico lombardo. La visita a la localidad puede completarse con la del vecino Santuario de San Juan de la Peña.
Territorio de los últimos osos pardos del Pirineo, cubierto por una impresionante masa boscosa y extensos prados de alta montaña. Abarca las cabeceras de los ríos Veral, Aragón Subordán, Osia y Estarrún, que forman respectivamente los valles de Zuriza, Oza, Aragüés del Puerto y Aísa. Su relieve calizo, culmina en el Valle de Aragüés con el pico Bisaurín (2.670 m.).
Desde la localidad de Ansó, bella muestra de arquitectura popular, se accede a los valles de Zuriza, Linza (pistas de esquí de fondo) y Tachera, tapizados por extensos hayedos, y dominados por la Mesa de los Tres Reyes (2.428 m.) y Petrechema (2.371 m.).
Hecho, otro excelente exponente de arquitectura popular, es la puerta a la Selva de Oza, masa de bosque mixto a la que se llega atravesando los estrechos paredones verticales de la Boca del Infierno, para contemplar las cumbres de Peña Forca (2.390 m.) y Castillo de Acher (2.384 m.) y los meandros de Aguas Tuertas, trazados por el río Aragón-Subordán en el paraje de Guarrinza.
Al norte del pueblo de Panticosa, junto al Ibón de Baños desde el que se derrama el río Caldarés, el Balneario de Panticosa se ubica a 1.636 m. de altitud en un enclave paisajístico privilegiado, rodeado de moles graníticas de más de 3.000 m., como el pico de Argualas (3.040 m.) y los Picos del Infierno (3.084 m.).
El acceso al recinto termal, se realiza por una estrecha carretera que aprovecha la antigua ruta de pastores y contrabandistas hacia Francia por el Puerto de Marcadau, y enlaza en 8 km. el pueblo de Panticosa con el mismo Balneario, cuyas instalaciones aprovechan las aguas de las fuentes nitrogenadas y sulfurosas con propiedades minero-medicinales, conocidas ya en época romana y aptas para diversos tratamientos de salud.
Por el complejo han transitado huéspedes tan ilustres como el rey Alfonso XIII, Santiago Ramón y Cajal y Ortega y Gasset.
Forman parte del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y sus paredes han sido talladas en la piedra caliza por los ríos Bellós y Yaga. A los cañones de Añisclo y Escuaín, se accede desde el pueblo de Escalona, situado en la carretera de Aínsa a la frontera francesa.
El río Bellós que en su cabecera recoge parte de la aguas del macizo de las Tres Sorores, rasga la piedra de norte a sur en un profundo corte con sugerentes formaciones rocosas en cuyas paredes se produce un curioso fenómeno de inversión en los pisos de vegetación.
Por su parte, el río Yaga surge del seno de la roca en la gran cascada de la Fuente de Escuaín. Sus paredes verticales, talladas por la corriente fluvial, son aprovechadas para su nidificación por numerosas especies de aves rapaces, entre otras, el huidizo quebrantahuesos.
La localidad de Benasque, centro turístico de primer orden situado junto al río Ésera, es la puerta de entrada de este Parque Natural en el que se encuentran algunas de las moles graníticas más altas del Pirineo, como Posets ( 3.369 m.), Maladeta (3.308 m.) y Aneto (3.404 m.), con sus respectivos glaciares, junto con los ibones de montaña más conocidos como Vallibierna, Batisielles o Cregüeña.
De camino al fondo del valle encontramos a la derecha el Balneario de aguas minero medicinales y los Llanos del Hospital. Desde aquí una caminata a pie nos lleva al Forau de Aigualluts, que recoge en imponente cascada las aguas de los glaciares de Aneto y Maladeta. Parte de estas aguas van al río Esera, mientras que el caudal principal desaparece bajo tierra, y resurge en el vecino valle de Arán, posibilitando el nacimiento del río Garona.
Fue creado en 1990 y es el mayor espacio natural protegido de Aragón. Sus casi 81.000 hectáreas se extienden de este a oeste a lo largo de todo el prepirineo de Huesca. Las sierras que forman la cadena montañosa, culminada por los 2.077 metros del Tozal de Guara, son atravesadas de norte a sur por los ríos Flumen, Guatizalema, Alcanadre, Mascún y Vero, formando estrechos cañones y profundos barrancos cuyo descenso hacen las delicias de deportistas y aventureros. Formiga, La Peonera, Gorgas Negras, Barrasil, Mascún, Balces y el cañón del río Vero son algunos de los más conocidos entre quienes practican este turismo de aventura.
El Parque Natural, ejemplo de relieve kárstico, cuenta con bellos y espectaculares parajes, moldeados por la acción del agua sobre la piedra caliza y conglomerada, entre los que destacan el Salto de Roldán, Vadiello y el barranco de Mascún, cuyos paredones albergan, variadas especies de fauna y flora y colonias de buitres leonados, alimoches y rapaces más esquivas como el águila real y el quebrantahuesos.
Dentro de los límites del Parque de Guara encontramos además el Parque Cultural del Río Vero, que cuenta con numerosas cuevas y abrigos con pinturas rupestres.
Fundada en el año 1507 por los condes de Sástago, La Cartuja de Ntra. Sra. de La Fuentes fue la primera de las cartujas levantadas en el Reino de Aragón. En el siglo XVIII se levantó un nuevo monasterio, que es La Cartuja tal como la conocemos ahora. Debido a su antigüedad es uno de los elementos más importantes de la arquitectura de la Ilustración del siglo XVIII en Aragón.
Pero su importancia no sólo radica en su antigüedad sino también en las pinturas murales realizadas por fray Manuel Bayeu, que decoran más de 2.000 metros cuadrados en su interior. Esto hace que por extensión se trate de uno de los conjuntos pictóricos más importante de todo Aragón.
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