El Castillo de Montearagón, bastión cristiano de primer orden, fue erigido por el rey aragonés Sancho Ramírez como fortaleza para llevar a cabo la reconquista de la ciudad de Huesca, paso previo en su avance hacia Zaragoza.
Convertido años después en un poderoso monasterio con jurisdicción en un amplio territorio que conformó el Abadiado de Montearagón, a él pertenecieron durante siglos grandes extensiones de terreno.
Vadiello es un enclave paisajístico y privilegiado, en plena Sierra de Guara, donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor. Las aguas del embalse reflejan las espectaculares formaciones rocosas de los mallos de Ligüerri, San Jorge, el Puro, la Mitra y el Pico Borón que se alza imponente con sus 1310 m de altitud. Buitres leonados, alimoches, quebrantahuesos y otras aves rapaces y rupícolas construyen sus nidos al abrigo de las peñas. El enclave constituye un mirador de excepción sobre las gargantas del río Guatizalema.
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