Huesca, 13 de febrero de 2019. La
primera fase de restauración de los ábsides del monasterio de San Pedro
el Viejo de Huesca -monumento singular en la historia y arte de Aragón y
panteón real- terminará en marzo. El Gobierno de Aragón está ejecutando
las obras de esta parte en la que se van a invertir 60.000 euros. Los
trabajos se realizan una vez concluidas las obras del Ayuntamiento de
Huesca para demoler los edificios anexos y liberar así los ábsides. Hay
que recordar que el Ayuntamiento expropió parte de un edificio de 1888
que estaba adosado en su parte trasera a los ábsides de la iglesia y
que, además, estaba en parte construido sobre la capilla real del
claustro del conjunto románico.
Ahora, el Departamento de Educación,
Cultura y Deporte ha comenzado el primer tratamiento de restauración de
los ábsides y los trabajos de excavación para buscar la cota original de
los ábsides. Además, se hará un tratamiento de humedades. Cultura va a
llevar a cabo también estudios petrológicos –la petrología es la rama de
la geología que se ocupa del estudio de las rocas- de la mano de la
geóloga especialista Cristina Marín con el objetivo de contar con un
diagnóstico y análisis de la piedra para aplicar los tratamientos
adecuados para su restauración.
Asimismo, en una siguiente fase para la
que se ha redactado el proyecto, se cubrirá la capilla de San Bartolomé,
que alberga el panteón real donde reposan los restos de Alfonso I el
Batallador y Ramiro II el Monje, dos reyes fundamentales de la historia
de Aragón, especialmente el primero, uno de los más importantes de la
Reconquista y constructor por antonomasia del Reino de Aragón. Además,
en la segunda fase proseguirán los trabajos de recuperación de los
ábsides.
La consejera de Educación, Cultura y
Deporte, Mayte Pérez, y el alcalde de Huesca, Luis Felipe, han
visitado hoy esta iglesia románica para conocer el estado de los
trabajos.
El alcalde de Huesca ha explicado la
actuación llevada a cabo por el Ayuntamiento y consistente en la
demolición del edificio anexo para liberar los ábsides, en la que se ha
invertido 140.747 euros. “Actuar aquí no era fácil y requería
colaboración de la propiedad de los edificios, pero se ha resuelto un
problema administrativo complejo para poner en valor uno de los
elementos patrimoniales más importantes de Aragón, San Pedro el Viejo,
panteón real”.
Asimismo, ha defendido el proyecto
turístico en torno al patrimonio que se concentra en un espacio de poco
más de medio kilómetro, ha dicho, y que consiste en “un gran corredor
turístico y patrimonial que comprende la muralla, el Museo de Huesca, la
Capilla Real de la Santa Cruz, el Ayuntamiento, la Catedral, el Museo
Diocesano, el salón del Tanto Monta, San Pedro el Viejo, el Círculo
Católico, el palacio Villahermosa y el Casino”.
Mayte Pérez ha recordado que el Gobierno
de Aragón ha invertido en esta legislatura cinco millones de euros en
patrimonio, de los que buena parte se han destinado a la provincia de
Huesca, con obras como las del Monasterio de Sijena, Roda de Isábena,
San Victorián, Villafortunatus en Fraga, muralla de Huesca, ermita de
Buira de Bonansa, ermita de Santa María de Iguacel, ermita de
Santa María de Isun de Sabiñánigo, ermita de Nuestra Señora de Casbas de
Ayerbe, monasterio de Alaón de Sopeira, restauración del retablo de
Asín de Broto, etc. “Quiero destacar la colaboración entre Ayuntamiento y
Gobierno de Aragón para poner en valor este edificio y, por extensión,
el Casco Histórico de Huesca”, ha recordado la consejera.
San Pedro el Viejo
El conjunto formado por la iglesia y
claustro de San Pedro el Viejo fue declarado Monumento Nacional
(hoy Bien de Interés Cultural, categoría de Monumento) mediante Orden
de 18 de abril de 1885, publicada en la Gaceta de Madrid de 26 de
abril de 1885.
La iglesia de San Pedro el Viejo está
emplazada en lo que fue el centro del barrio cristiano en época de
dominación musulmana, denominado de la mozarabía; tras la reconquista de
la ciudad se derribó la primitiva construcción para iniciarse la actual
probablemente en tiempos de Alfonso I el Batallador, hacia 1117.
Se trata de una iglesia románica
construida entre los siglos XII y XIII. Su fábrica es de sillar y consta
de tres naves con sus correspondientes ábsides, crucero no acusado en
planta, y cabecera en triple ábside. Las naves se cubren con bóveda de
cañón sobre arcos fajones, el crucero con bóveda de crucería y los
ábsides con bóvedas de horno. En la nave central se conservan restos de
pinturas del siglo XIII.