Historia
Huesca posee en su historia milenaria un tesoro propio que queda reflejado en sus
calles, sus restos arqueológicos, sus monumentos y su patrimonio en general. De
su esplendor nos habla la ibera Bolskan, centrada en lo que hoy es el Casco Antiguo,
que acuñó la moneda con el jinete, cuya figura permanece en la actualidad en el
escudo de la ciudad.
Fue lugar de residencia de Quinto Sertorio, en época de la romana Osca, que estableció
un senado de trescientos miembros y una academia, germen de la Universidad Sertoriana,
primera universidad española, que se mantuvo abierta hasta 1845. Los visigodos,
dejaron en Huesca escasa huella, siendo dominados por los musulmanes, que la bautizaron
como Wasqa y levantaron las actuales murallas, cuyos restos aún se conservan en
parte, a causa del hostigamiento al que les sometían los guerreros del norte. El
más conocido, Roldán, dejó patente su leyenda en las cercanías de la ciudad, en
el famoso Salto que preside su horizonte.
Tras la batalla de Alcoraz, en la que el ejército cristiano salió victorioso, con
la "ayuda" de San Jorge, el rey Pedro I reconquistó Huesca en 1096. La ciudad medieval
fue corte real en el palacio que actualmente alberga el Museo Arqueológico Provincial,
lugar asociado a su vez a los hechos que narra la famosa leyenda de la Campana de
Huesca, que tuvo como protagonista al rey Ramiro II, apodado el Monje.
De época medieval data la Iglesia y Claustros románicos de San Pedro el Viejo y
la Catedral, de estilo gótico. Al mismo tiempo, fue creada la Universidad de Huesca
(1354, suprimida en 1845).
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Sala de la campana
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Retablo de la Catedral
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Claustros de San Pedro
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El renacimiento se muestra en Huesca en edificios como el de la Casa Consistorial,
y en monumentos como el retablo de la Catedral, soberbia obra escultórica realizada
en alabastro por Damián Forment. Huesca cuenta con importantes manifestaciones de
arte sacro del barroco español en la Basílica de San Lorenzo, patrón de la ciudad,
y en las Iglesias de Santo Domingo y San Vicente. Del siglo XVII conservamos el
legado de los Lastanosa, mecenas de Baltasar Gracían.
En el siglo XIX Huesca se convirtió en capital de la provincia y se abrió al progreso
del ferrocarril (1864) convertido en internacional en 1928 con la construcción del
túnel de Canfranc.
El siglo XX definió el dibujo de los Cosos, los Porches de Galicia y la construcción
de edificios modernistas como el Casino o la Diputación Provincial, mostrando el
aspecto actual de la nueva ciudad.